“Encuentra una mujer de la que puedas decir: hubiera podido escogerla más bella pero no mejor”. Pitágoras de Samos
La mujer que prospera no es aquella mujer que ha alcanzado importantes posiciones en la escala social. Tampoco lo es aquella cuyas cuentas bancarias están llenas de dinero. Una mujer que prospera no es la que viaja mucho por el mundo, ni la que sale mucho en televisión. No es aquella que hace suspirar a todos cuando pasa a su lado. No es la mejor deportista, ni la más bella del planeta, tampoco lo es la más famosa.
Entonces, ¿Quién es una mujer que prospera?
Características de la mujer que prospera:
1- Desarrolla su vida espiritual. La mujer que prospera desarrolla altos valores espirituales: La búsqueda de la prosperidad integral, incluye la prosperidad de nuestra mente, de nuestra alma y de nuestro espíritu. Para que haya prosperidad material debe existir primeramente una prosperidad interna, ligada a nuestra área espiritual.
¿Qué significa la prosperidad espiritual?: Significa haber encontrado la paz consigo misma, mediante la aceptación de lo que una es y el agradecimiento a ese Dios Creador que lo ha hecho todo y que nos formó así como somos. La prosperidad espiritual es encontrar sosiego en un mundo lleno de quebrantos, de circunstancias adversas y de esperanzas menguadas. La prosperidad espiritual es crecer en fe, sabiendo que cada paso que se da está acompañado de una fuerza mayor a las propias fuerzas, que hay un ser superior guiando y controlando todo lo que acontece en la vida. La prosperidad espiritual es entender que no tenemos el control, que no somos dueños de nada y que no se trata de nosotros. Que somos parte de un plan infinito, de un construir eterno guiado por la mano de Dios. Que tenemos un propósito que cumplir y que fuimos creadas y diseñadas para el cumplimiento de ese propósito. La prosperidad espiritual es sentirse llena a pesar de no tener todo lo materialmente soñado; es crecer en amor hacia una misma y hacia el prójimo.
Es levantarte cada mañana con una actitud de agradecimiento y de expectativa. Es entender que somos solo una parte ínfima de un vasto universo, pero que al mismo tiempo somos tan grandes e importantes para Dios. La prosperidad espiritual trae felicidad y llena la vida. La prosperidad espiritual prepara para disfrutar cada paso en la vida, los éxitos y los fracasos, los aciertos y los desaciertos. No importa lo que pase, Dios tiene un plan y somos sus instrumentos.
2) Desarrolla un carácter triunfador. Carácter: La mujer que prospera desarrolla un carácter triunfador. Un carácter de firmeza y de fuerza interior que le permite tener claro sus metas, sus proyectos, sus sueños, sus anhelos. La mujer que prospera desarrolla un carácter que le permite tomar decisiones personales trascendentales, para administrar su vida, sus negocios, su familia. Un carácter para saber decir “sí” cuando haya que hacerlo o decir “no” cuando sea necesario. La mujer que prospera posee un carácter robusto, plagado de fortaleza pero lleno también de ternura y amor.
El carácter y las finanzas: La mujer que prospera desarrolla un carácter que le permite administrar de una forma sana sus finanzas y las de su hogar, convirtiéndose en una gerente de hogar. La mujer que prospera construye valores sobre los cuales rige sus actuaciones y toma sus decisiones.
Los valores que construyen una sana administración de las finanzas en el hogar son:
3) Se conoce a sí misma: La mujer que prospera conoce muy bien los tesoros que lleva por dentro. Ha entendido que Dios le ha hecho especial, que le ha creado con diferentes dones y habilidades. El conocimiento de sí misma permite a la mujer desarrollar todas sus potencialidades, explotar todos sus dones y sacar lo mejor de sí. La mujer que logra conocerse a sí misma sabe hasta dónde puede llegar, cuáles son sus limitaciones y cuáles son sus fortalezas. Logra alcanzar sus sueños basada en el uso de sus propias habilidades personales. La mujer que prospera desarrolla sus habilidades personales.
¿Qué implica el desarrollo de las habilidades personales?
4-Disfruta de su rol como parte de una familia: La mujer que prospera ha logrado poner las prioridades en su lugar, y por eso ha entendido que la familia está en el corazón de Dios. Que su rol y función más importante es amar y cuidar los tesoros que Dios ha puesto en sus manos: su esposo, sus hijos, sus padres, hermanos y familiares.
La mujer que prospera logra entender que todo cuanto ella pueda alcanzar en la vida NO debe anteponerse al bienestar de su familia. Que no puede existir nada en el mundo que desplace ese rol tan importante, el ser uno de los pilares del hogar.
Algunos principios que la mujer próspera ha desarrollado en cuanto a su rol de madre y esposa son los siguientes
5-Impacta la vida de quienes le rodean: Una mujer próspera definitivamente dejará un legado en todos aquellos que le rodean, principalmente en sus hijos. Ella se ganará el respeto de sus hijos y desarrollará relaciones saludables con las personas que le rodean. Logra la admiración de su esposo, de sus hijos, de sus familiares, de sus amigos, compañeros y colegas. La mujer alcanza el éxito impulsada por el amor de y hacia su familia y por el respeto de sus cercanos, quienes comparten sus éxitos como propios.
La mujer que prospera edifica la vida de las personas que están a su alrededor. El aporte más valioso para la edificación de la vida de las personas que están a su alrededor es su ejemplo de vida. Ella se convierte en el modelo que todos quieren imitar y de esta forma aporta en la construcción de otras vidas.
Formas de impactar vidas: La mujer que prospera se vale de todas las oportunidades posibles para dejar huella en sus hijos. Enseñando a sus hijos con las palabras, con el ejemplo y compartiendo experiencias con ellos.
¿Qué podemos enseñar a nuestros hijos?
3. El valor del trabajo: éste es una bendición en la vida de toda persona. Enseñar a nuestros hijos el valor del trabajo es un legado fundamental que toda mujer debe heredar a sus niños. Valores como la dedicación, la motivación, la disciplina y el entusiasmo harán de toda mujer prosperada un gran ejemplo para que sus hijos aprendan a amar el trabajo.
4. El respeto: el respeto es un valor esencial para el desarrollo sano de las relaciones humanas. El respeto a sí mismo, a las autoridades superiores, el respeto a las normas y reglas sociales, el respeto a los demás, a los bienes y posesiones de otros. Una madre prosperada será un gran ejemplo para sus hijos en cuanto al respeto hacia ella misma y hacia todo el ordenamiento impuesto por Dios en el Universo.
5. Descubrir los talentos y los dones: Una de las principales funciones de la madre será ayudar a sus hijos a descubrir y explotar sus dones y talentos personales. Desarrollar sus potencialidades y encontrar su misión en el mundo. Esta importante función de la mujer que prospera dejará huella en la siguiente generación, permitiendo que sus hijos encuentren la felicidad y el éxito. Entendiendo que Dios les ha creado en forma especial para alcanzar metas y sueños propios.
6-Desarrolla un carácter generoso: La mujer que prospera “alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”. La diferencia entre una mujer exitosa que simplemente ha acumulado mucho dinero y una mujer que ha aprendido a ser próspera también en el área de la generosidad, es que la segunda tiene sentido de realización y trascendencia. Un corazón generoso tiene lo que se necesita para ser feliz, sabe vivir desapegado de los bienes materiales y valora las cosas importantes de la vida.
Cualquiera que sea la posición de una mujer, debe aprender a compartir lo que tiene. Si no lo hace, morirá poco a poco como persona. El ser humano ha sido diseñado para compartir lo poco o lo mucho que tiene, las alegrías y las tristezas. El egoísmo o la avaricia no nos caen muy bien al espíritu. Veamos un ejemplo de esto, el Mar Muerto se encuentra a 398 metros debajo del nivel del mar y el río Jordán entrega a este mar más de seis millones de metros cúbicos de agua por día (6 millones mts cúbicos). Sin embargo, tiene un problema, solamente recibe agua, nunca la da. Es por esta razón que el Mar Muerto (en Israel) está literalmente muerto, porque el agua se estanca y con la evaporación que produce el sol del desierto la concentración de sal aumenta. La concentración normal de sal en el océano es del 2% al 3%, mientras que la concentración de sal en el Mar Muerto es del 24% al 26%, además del magnesio y el calcio. Por esto no hay vida allí. Con sus 1000 kilómetros cuadrados de superficie, es grande, rico en minerales y es probablemente el mar más conocido del mundo. Sin embargo, ha perdido la vida; está vacío en su interior. Esto nos enseña que el DAR, luego de RECIBIR, es un proceso vital para permitir mantener la frescura de nuestro corazón.
¿Cómo puedo ser una mujer Prosperada?
“Mujer virtuosa: ¿Quién la hallará?. Pues su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas…”. Proverbios 31:10.